Entregar el ego es entregar el pensamiento acerca de él, y esto se consigue aquietando la mente cada vez que, en la vida diaria, nos volvemos conscientes de nosotros mismos. Silenciada la mente, el ego se desvanece… Este arte de borrar al ego mediante la quietud de la mente, parando repentinamente su remolino de pensamientos, no se podría practicar a voluntad ni en cualquier momento sin haberlo practicado previamente y con frecuencia mediante ejercicios deliberados en momentos establecidos…
Source: The Notebooks of Paul Brunton | • Escucha | | |